La relojería, incorporando el bronce, la porcelana, las maderas exóticas o el mármol, conforma una parte importantísima de las Artes Decorativas.
El coleccionismo de relojes, a diferencia de otras colecciones, requiere de un cuidado y un mantenimiento que lo hace mucho más complejo. Al tratarse un mecanismo antiguo el cual pretendemos que funcione, necesitaremos los conocimientos de un anticuario experto en relojería.
No son muchos los profesionales especialistas en esta materia. En nuestra empresa estamos dedicados en exclusiva a la restauración y conservación de relojes, en Sitges. También hemos participado hasta el año 2015 en las principales ferias de antigüedades en Madrid y Barcelona.
Este espléndido reloj realizado en fino “biscuit” de porcelana de París y bronce dorado, (or moulu), perteneciente a nuestra colección, fue la pieza escogida por FERIARTE como imagen de este evento en el año 2010. Se expuso en nuestro stand y fue admirado por coleccionistas y aficionados, así como por las personalidades que acudieron a la feria.
El planteamiento estético de este reloj, parte de un diseño puramente neoclásico. Etienne Maurice Falconet realizó a finales del S.XVIII la escultura que inspira esta obra, “Las Tres Gracias”. Aglae, Eufrósine y Talia, hijas de Zeus y de la ninfa Eurínome, presidían todas las celebraciones y fiestas. Y al igual que las musas, habitaban en el Olimpo y otorgaban a los artistas la habilidad y la genialidad para realizar sus obras.
Un ejemplar de este modelo, en mármol blanco, de época Luis XVI, forma parte de las colecciones del Museo del Louvre en Paris.
De manufactura parisina, fue realizado en la segunda mitad del S.XIX.
Con mecanismo especial de platinas redondas y escape de volante, dispuesto de forma horizontal y con la Chausée que transmite el movimiento a los aros giratorios que hacen a su vez de cuadrante. Tiene sonería de horas y medias sobre campana por sistema de rastrillo.
A FINALES DEL SIGLO XVIII, el exotismo de los relojes “au bon negre” hizo el deleite a una clientela influida por los grandes éxitos literarios de la época. Robinson Crusoe, Paul y Virginie, Las aventuras del último del Abencerraje y Atala & Chactas, pusieron de moda el mito del “bon sauvage”. Al no poder embarcarse en expediciones lejanas, el público apreciaba las escenas que mostraban estos relojes con una decoración original y suntuosa de personajes exóticos, en bronce oscuro y vestidos y adornados con bronce dorado. Los más antiguos datan de finales de la época Luis XVI, pero es especialmente desde el Directorio y el Imperio hasta la Restauración, que brillaron con todo esplendor.
Uno de los modelos más representativos es el “portefaix”. Este hombre negro, vestido con pantalones y un sombrero dorado, camina con un bastón de junco. La esfera está enclavada en un fardo que lleva en la espalda. Con el mismo atuendo, el “matelot” fuma su pipa con indiferencia, apoyándose en una bala de algodón, mientras que un ancla marina y un barril completan la decoración. Los recolectores del café y el “vendedor de aves exóticas”, están delicadamente representados en preciosos relojes. Vestido con un taparrabos y coronado con una corona de plumas, el “negrillón” regordete es una especie de querubín, sosteniendo el reloj en su cabeza con sus brazos levantados y sujetándolo con las manos. O un postillón, en el carro de una mujer joven, cuyas ruedas integran la esfera en “El carro de Luisiana”.
Robinson Crusoe y Viernes también están representados, al igual que Atala &Chactas, y Paul et Virginie, en pasajes de las novelas de Daniel Defoe, Chateaubriand y Bernardin de St Pierre.
La serie “Continentes” viene representada por “África” y “América”, dos impresionantes “negresses” inspiradas en la figura mitológica de Diana Cazadora, con lanzas, plumaje y elementos representativos de cada continente.
Tanto era el deseo en la sociedad de la época, de poseer relojes con temas exóticos, que los principales broncistas compitieron en la creación de modelos, algunos de ellos fueron registrados en el”Cabinet des Estampes” de la Biblioteca Nacional en Paris.
Los relojes de “cercles tournants” surgieron principalmente en la época del Neoclásico francés. Se trata de sustituir la esfera normal por dos aros que dispuestos de forma horizontal nos marcan las horas y minutos al girar. El principio mecánico que rige los aros es el mismo que el de las agujas en un reloj convencional, variando sólo la disposición de la maquinaria que pasa a ser alojada de forma horizontal.
Otros modelos más complejos, tienen un sistema de transmisión con ejes y ruedas angulares que mantiene el mecanismo más alejado de los aros.
Todo ello permitió a los broncistas y relojeros de prestigio desarrollar modelos distintos y mucho más diversos.
Reloj de sobremesa o gabinete de época Consulado, manufacturado en caoba de Cuba y bronce dorado al mercurio. Firmado en la esfera por el autor, con numeración y manecillas propias de Breguet.
Giovanni Paisiello, célebre compositor italiano, establecido en París, colaboró con Abraham Louis Breguet en el perfeccionamiento del metrónomo que se presentó en la exposición de 1806.
El 24 de Germinal de l´an XII (13 de abril de 1804) Paisiello adquirió a Breguet este reloj de despacho N. 1480. Consta esta venta en los registros de la casa Breguet en París.
Paisiello compuso durante este año 1804, la Misa de la Coronación del Emperador Napoleon que tuvo lugar en el mes de diciembre del mismo año.
Este reloj fue presentado por Jordi Vergés en el Salón Internacional FERIARTE en Madrid en el año 2011.
Abraham-Louis Breguet (1747 – 1823)
Abraham Louis Breguet, nació en Neuchâtel, pero pasó la mayor parte de su vida en París. Ningún aspecto de la fabricación de relojes escapó a su estudio y sus inventos fueron tan decisivos para la relojería como variados.
Su carrera comenzó con una serie de importantes incorporaciones a la mecánica de la relojería: la creación de los relojes con calendario perpetuo, de gran éxito. La introducción de gongs para los relojes de sonería de repetición y la primera protección antichoque para los pivotes del eje del volante.
Luis XVI y la reina, María Antonieta, fueron unos de los primeros entusiastas de la relojería de Breguet. Sus relojes incorporaban los últimos adelantos y eso agradaba enormemente a los clientes.
Abraham-Louis Breguet se exilió en Suiza durante la Revolución Francesa. Regresó a París rebosante de ideas, creando la espiral de volante modelo “Breguet”, su primer reloj de carruaje (vendido a Bonaparte), el reloj de sobremesa simpático, el reloj de tacto y finalmente el mecanismo “tourbillon”, patentado en 1801.
Breguet se convirtió en el relojero indispensable para las élites científica, militar, financiera y diplomática de la época. Sus relojes predominaron en las Cortes europeas. Para sus clientes más distinguidos, Breguet diseñó sus piezas más destacadas, anticipando en dos siglos el reloj de pulsera, realizando uno para Caroline Murat, reina de Nápoles, en 1810.
Recibió muchos honores en reconocimiento a su enorme contribución a la relojería. Nombrado miembro del Comité de Longitud como fabricante de cronómetros para la Armada, ingresó en la Academia de Ciencias y recibió la Legión de Honor de manos de Luis XVIII.
FERDINAND BERTHOUD (1727 – 1807)
Berthoud es uno de los relojeros parisinos más importantes de la segunda mitad del siglo XVIII y los primeros años del siglo siguiente. Formado en el taller de su hermano, fue nombrado Maestro relojero en 1753.
En 1764 es nombrado relojero del Rey y de la Marina. Se dedicó a los cronómetros marinos y diseñó los relojes utilizados en los navíos reales. Autor de muchas obras célebres relacionadas con la relojería, los soberanos franceses le mostraron su estima, en particular Luis XVI que compró todas sus herramientas y relojes por 30.000 libras.
Como los mejores relojeros de la época, se rodeó de los artesanos con más talento para la creación de sus relojes, en particular los broncistas Caffieri, Martincourt, Osmond, Saint-Germain y Gouthiére. Hoy, sus obras pertenecen a las más importantes colecciones públicas y privadas internacionales, entre las que destacan el Victoria and Albert Museum de Londres, el Metropolitan Museum of Art de Nueva York, el Museo del Louvre de París y el Palacio Pavlovsk de San Petersburgo.
LA FIRMA LEPAUTE
Los hermanos Jean André Lepaute (1720-1789) y Jean Baptiste Lepaute (1727-1802), ambos relojeros de Luis XVI, trabajaron en el Palais du Luxembourg, y en las Galleries du Louvre, bajo licencia real. Firmaban sus obras LEPAUTE Hger. du Roi à Paris. Una de las firmas de más reputación en relojería. Fueron miembros de la Comisión Horaria.
CRONÓMETRO DE MARINA
Cronómetro de marina N. 2500, montado en la caja de palisandro macizo reforzada con elementos de latón. Suspensión “cardan” para alojar el mecanismo, sistema de freno, llave de dar cuerda con trinquete y asas de transporte.
Esfera metálica, plateada, ostenta la firma del autor, así como el número de serie, numeración romana y sub-diales para segundos y reserva de marcha. Agujas de minutos y horas en oro.
Su autor JOSÉ RODRÍGUEZ DE LOSADA, (8 de mayo de 1797 Iruela – 6 de Marzo de 1870 Londres) Es sin duda el relojero español de más prestigio Internacional.
Fue militar liberal y Caballero de la Orden de Carlos III. Se exilió en Londres y trabajó en una relojería. Ya en su primera etapa, Losada realizaba interesantes relojes. Gracias a su destreza es nombrado Oficial Relojero y más tarde debido a la enfermedad del propietario, le sustituye al frente del negocio y lo expande al mercado español e iberoamericano.
Se casa con la hija del que fue su jefe e instala su relojería en Regent Street. En la trastienda de la tienda establece una tertulia que él mismo denomina: La tertulia de habla española, a ella acuden varios personajes entre ellos su gran amigo José Zorrilla quien le dedica varios poemas.
La Armada Española le nombra Relojero Cronometrista de la Marina y le
encarga diversos cronómetros. Losada entrega hasta 70 relojes, además de los que sirve particularmente a capitanes y los adquiridos por las marinas de otros países, en total unas 250 unidades.
Cuando regresa a España gobierna Isabel II, lo primero que visita es Madrid y la Puerta del Sol, que se halla en reformas. En 1855 Losada regala el reloj del Edificio de Gobernación. Hoy en día tan popular.
DESCRIPCIÓN TÉCNICA: se trata de un mecanismo de platinas redondas, escape de “detente” con lámina de oro. El único tipo de “détente” utilizado por Losada fue el de EARNSHAW. Volante contrapesado y espiral cilíndrica de cronómetro. Cubo caracol y cadena para compensar la fuerza del muelle real. Dispositivo que mantiene la carga durante la operación de rearme. Ocho días de reserva de marcha. Los cronómetros de ocho días disponen de un doble puente, con el conjunto de escape dispuesto de forma modular, sistema ingenioso que facilita la labor de mantenimiento de la mecánica.
Renacle-Nicolas Sotiau (1749 – 1791)
Renacle-Nicolas Sotiau, debe ser considerado el principal y más talentoso representante de la relojería de lujo parisina durante la década anterior al final de la época de Luis XVI.
Tras su denominación como Maestro, el 24 de junio de 1782, instaló su taller en la rue Saint-Honoré e inmediatamente tuvo un gran éxito entre los aficionados de la época. Diseñó obras maestras de elegancia, perfección y refinamiento y a través de los principales marchand-mercier de la capital, en particular François Darnault y Dominique Daguerre vendió a los más importantes coleccionistas.
Como los mejores relojeros parisinos, Sotiau se rodea de los artesanos más hábiles para producir los bronces de sus relojes, trabajando en particular con Pierre-Philippe Thomire y François Rémond. Este gusto que tiene por la excelencia, le permite en particular, llevar el codiciado título de “Relojero de Monseigneur le Dauphin”, hijo mayor de Luis XVI y María Antonieta.
Sus obras forman parte del patrimonio de grandes personalidades de la época; son propiedad de financieros, en particular del banquero de la corte Jean-Joseph de Laborde. De altos miembros del clero, como François-Camille Principe de Lorraine, y de grandes aristócratas, como Louis-Antoine-Auguste de Rohan-Chabot, duque de Chabot, Charles-Just de Beauvau, príncipe de Craon y Albert-Paul de Mesmes, conde de Avaux.
Sotiau también creó suntuosos relojes para el príncipe regente de Inglaterra, futuro rey Jorge IV, así como para las Mesdames de France, tías de Luis XVI y para la reina María Antonieta. Hoy en día, las grandes colecciones internacionales atesoran relojes de Sotiau. En particular los expuestos en la Walters Art Gallery de Baltimore, la Frick Collection de Nueva York, la Huntington Collection de San Marino y el palacio de Versalles, así como los pertenecientes a la Colecciones reales españolas e inglesas.
JEAN ANTOINE LÉPINE (1720 – 1814)
Famoso relojero y científico equiparable a su contemporáneo Abraham Louis Breguet.
Lépine centró la mayor parte de su producción en los relojes de bolsillo, siendo los de sobremesa, reguladores y esqueletos los más escasos. La numeración que ostentan los relojes de sobremesa va del número 4.000 al 4.600, no siendo correlativos, puesto que el autor destinaba cifras determinadas para cada uno de sus modelos. Del número 4.400 al 4.600 son relojes “esqueleto”.
La firma que figura en “La Bacchante”, número 4.292, refleja el momento histórico entre la caída de la Bastilla y la muerte de Luis XVI, siendo así posible nombrar la Plaza de Luis XIV como Place des Victoires y al mismo tiempo mantener el título de Horloger du Roy
En el reloj número 4.219 aún se encuentra la mención “Place de Louis X4”.
La numeración híbrida es un diseño debido en exclusividad a Lépine y acostumbra a ser su esmaltador el célebre Barbichon, establecido en el número 1 de la Rue Saint Severin.
Se encuentran relojes de Lépine en el Hermitage de San Petesburgo y en la Colección Real Británica, entre otros museos.
PIERRE PHILIPPE THOMIRE (1757 – 1843)
Pierre-Philippe Thomire fue el broncista parisino más importante del último cuarto del siglo XVIII y las primeras décadas del siglo siguiente. Al principio de su carrera trabajó para Pierre Gouthiére, ciseleur-fondeur du Roi, y hacia mediados de la década de 1770 comenzó a trabajar con Louis Prieur. Más tarde se convirtió en uno de los broncistas adscritos a la Manufacture Royale de Sèvres, creando las monturas de bronce para la mayoría de las obras importantes del momento. Después de la Revolución, compró las acciones de Martin-Eloi Lignereux, convirtiéndose así en el mas importante proveedor de bronces de amueblamiento para castillos y palacios imperiales. Además, trabajó para una rica clientela privada, tanto francesa como extranjera, incluidos varios de los mariscales de Napoleón. Thomire se retiró en 1823.
JEAN-SIMON DEVERBERIE (1764 – 1824)
Jean-Simon Deverberie fue uno de los broncistas parisinos más importantes de finales del siglo XVIII y las primeras décadas del siglo siguiente. Deverberie, se especializó en un principio en la fabricación de relojes y candelabros adornados con figuras exóticas, en particular africanas. Hacia 1800 registró varios diseños preparatorios para relojes “au nègre”, incluidos los modelos “África”, “América” y “Pareja de Indios Americanos” (cuyos dibujos se conservan hoy en el Cabinet des Estampes de la Bibliothèque nationale en París). Abrió taller en la rue Barbette alrededor de 1800, en la rue du Temple alrededor de 1804 y en la rue des Fossés du Temple entre 1812 y 1820.
ANDRÉ-ANTOINE RAVRIO (1759 – 1814)
André Antoine Ravrio es uno de los broncistas parisinos más importantes de finales del siglo XVIII y del Primer Imperio. Proveedor oficial del guarda-muebles del Imperio, Ravrio participa, junto con Pierre-Philippe Thomire y Claude Galle, en la remodelación de las principales residencias del emperador Napoleón y en el suministro de numerosos muebles de bronce para las grandes personalidades de la época, en particular a mariscales del Imperio. En la actualidad, algunas de sus creaciones pertenecen a las colecciones del Mobilier national de París y a importantes colecciones públicas y privadas internacionales.
Los broncistas Ravrio y Thomire, incorporaron a sus obras motivos referentes a la mitología griega y romana, muchas veces en estrecha colaboración y otras en reñida competencia entre sus diseños.
CLAUDE GALLE (1759 – 1815)
Claude Galle fue uno de los broncistas fundidores más eminentes de finales del período Luis XVI y del Imperio, Claude Galle nació en Villepreux, cerca de Versalles. Fue aprendiz del fundidor Pierre Foy y se casó con su hija en 1784. En 1786 obtuvo la maestría. A la muerte de su suegro en 1788, Galle asumió la dirección del taller, que se convirtió en uno de los más grandes de París, empleando, en el apogeo de su actividad, a cerca de 400 artesanos. Galle trasladó su taller primero a Quai de la Monnaie (más tarde Quai de l’Unité), luego, en 1805, al nº. 60 de la Rue Vivienne.
El depósito de muebles de la corona, bajo la dirección del escultor Jean Hauré de 1786 a 1788, lo honró con varias órdenes. Galle trabajó con muchos artesanos notables, como Pierre-Philippe Thomire; suministró la mayoría de los muebles de bronce para el Château de Fontainebleau durante el Imperio. Recibió muchos encargos imperiales, de lámparas, bronces de relojes, candelabros y jarrones para los palacios de Saint-Cloud, Trianons, Tuileries, Compiègne y Rambouillet. También abasteció a los palacios italianos de Monte Cavallo en Roma y Stupinigi cerca de Turín.
Robert Osmond fue el broncista que dio relevancia y proyección a los bronces franceses. Nació en Canisy, cerca de Saint-Lô; comenzó su aprendizaje en el taller de Louis Regnard, maestro fundidor en tierra y arena, y se convirtió en maestro broncista en París en 1746. Está registrado trabajando en la rue des Canettes en la parroquia de St. Sulpice, mudándose a la rue de Mâcon en 1761. Robert Osmond se convirtió en miembro del jurado, obteniendo así un cierto grado de protección de sus derechos creativos. En 1753 envió a buscar a su sobrino a Normandía, y en 1761 su taller, que para entonces había crecido considerablemente, se trasladó a la rue de Mâcon. Su sobrino, Jean-Baptiste Osmond (1742-después de 1790) se convirtió en maestro en 1764 y desde esa fecha trabajó en estrecha colaboración con su tío, a tal punto que es difícil diferenciar las contribuciones de cada uno. Robert Osmond se jubiló alrededor de 1775 y murió en 1789.
Prolíficos fundidores y cinceladores del bronce, los Osmond trabajaron con igual éxito en los estilos Luis XV y Neoclásico. Muy apreciadas por los entendidos de la época, sus obras fueron adquiridas por relojeros y marchantes.
Algunas de sus obras más destacadas son; el reloj que representa el Rapto de Europa (Museo Getty, California) en el estilo Luis XV, dos importantes relojes Neoclásicos, de los que hay varios ejemplares, (Musée Condé, en Chantilly y el Museo de Arte de Cleveland), relojes cartel con cintas cinceladas (dos de ellos en el Museo Nacional de Estocolmo y en París, Museo Nissim de Camondo), y un notable reloj decorado con un globo terráqueo, cupidos y porcelana de Sèvres (París, museo del Louvre) es otra de sus obras también representativas.
Especializándose al principio en el estilo rocaille, a principios de la década de 1760 cambiaron al nuevo estilo neoclásico y pronto se contaron entre sus mejores practicantes. Suministraron bronces a los mejores relojeros de la época, como Montjoye, para quien realizaron cajas para cartonnier y relojes de columna, siendo la columna uno de los motivos favoritos del taller de Osmond.